¿Qué es la pularda y cómo se diferencia del pollo?
La pularda es una gallina doméstica joven a la que se le ha quitado un ovario para evitar que ponga huevos y que de esta manera la fase de engorde sea más fructífera al no sufrir estrés.
A diferencia del pollo, la pularda se cría específicamente para el consumo gastronómico y su carne es más suave, jugosa y aromática. Además, en una opción saludable al tratarse de una carne magra.
¿Cómo se cocina la pularda para que quede tierna y jugosa?
Para que la pularda quede tierna y jugosa, se recomienda precalentar el horno a una temperatura alta (200-220 °C) y cocinarla durante 20 minutos para sellar la piel. Luego se reduce la temperatura (a unos 150-170 °C) y se continúa horneando durante aproximadamente 2 horas.
Es importante comprobar la temperatura interna con un termómetro de carne, a fin de asegurar que todo funciona correctamente. Se recomienda reposar la pularda durante unos minutos antes de cortarla; así, los jugos se distribuirán uniformemente.
¿Qué recetas se pueden hacer con pularda?
Existen diversas recetas para cocinar la pularda, como su versión rellena, en salsa, asada o en guiso. También se puede emplear en una infinidad de platos creativos.
¿Cuál es el origen de la pularda y cuál es su historia gastronómica?
La pularda es un ave que se ha criado y consumido en Europa desde la Edad Media. Su origen exacto es incierto, pero se cree que se desarrolló a partir de la cría selectiva de gallos y gallinas, con la finalidad de obtener una carne más tierna y sabrosa.
Históricamente, la pularda ha sido una ave muy valorada en la gastronomía francesa, donde se la considera una de las más refinadas y exclusivas.
Durante los siglos XVIII y XIX, la era un plato típico en las cenas aristocráticas, y se servía con salsas y acompañamientos elaborados.
En la actualidad, la pularda sigue siendo una carne valorada en las cocinas europeas, y es especialmente popular en Francia, España e Italia.
¿Qué beneficios nutricionales tiene la pularda en comparación con otras carnes?
La pularda aporta poca grasa y colesterol, y ofrece un alto contenido en proteínas, vitaminas y minerales, como la vitamina B6, hierro y zinc.
¿Qué maridaje de vinos se recomienda para la pularda?
Recomendamos acompañarla con un buen vino tinto, más en concreto un tinto reserva Rioja.